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Los cinco grandes problemas de los que se está hablando poco

Diego Bayón

Psicólogo

Hoy vamos a hablar sobre 5 grandes problemas a los que se está enfrentando la sociedad pero a los que no se les está prestando la atención suficiente.

1. El suicidio

Cerca de 4000 personas se suicidaron en España en el año 2020. Esta cifra va en aumento, pero ante el bombardeo incesante de información de diferente índole y temática, que mantiene nuestra atención de un lado para otro, nadie parece prestar atención a este dato tan alarmante.

Lejos de la realidad, solemos pensar que quien decide quitarse la vida es porque ha sido una persona débil, trastornada o con pocos recursos, pero lo cierto es que esta problemática no tiene condición e incluso las personas más aguerridas o aparentemente estables han formado parte de este desafortunado grupo.

En el siguiente enlace podéis ver los datos con mayor claridad:

¿La solución?

– Yo la veo bastante clara: si somos capaces de invertir 20.000 millones de euros en igualdad pues casi que con que invirtiéramos una pequeña porción de ese dinero a salud mental (actualmente la salud mental pública sólo te permite una sesión con un psicólogo una vez al mes, si es que no hay lista de espera, algo en mi opinión insultante para alguien que lo está pasando objetivamente mal) seguro que veríamos el impacto favorable e la reducción de suicidas.

Ojo: no quiero restar importancia con esta afirmación a que luchemos por la igualdad y que defendamos a las víctimas de violencia de género, pero es que a parte de este hay muchos otros problemas (como el suicidio) que merecen la misma o más atención.

¿Qué piensas tú?

Las causas del aumento del suicidio:

Crisis sanitaria, económica, bélica y social mundial, falta de valores y crisis de identidad de los ciudadanos, desconexión de la realidad (de nuestra naturaleza humana), falta de autoestima a nivel global, entre un largo etcétera. Algunas de estas causas las analizaremos más adelante.

2. El aumento de la depresión y ansiedad

Reconozcámoslo: hoy vivimos mucho más cómodamente que hace 100 años, pero… ¿somos más felices? Cualquiera diría que sí, pero los datos dicen todo lo contrario, revelándonos que los índices de depresión y ansiedad se han visto incrementados de forma exponencial y siguen creciendo de una manera vertiginosa. Si no me crees echa un vistazo a este artículo:

Junto con los accidentes vasculares, a depresión y los cuadros ansiosos poco a poco se van posicionando en las enfermedades con mayor prevalencia en los países del primer mundo.

¿Qué debe pasar para que nos demos cuenta de que la salud mental es igual de importante que la física?

En mi libro “Desbloquéate ¡Ya!” expongo de forma más detallada el cómo hemos llegado a estos niveles. Puedes descargarlo en el siguiente enlace de forma libre:

3. El agigantado crecimiento del número de divorcios

Cuando se inventó y masificó el uso de la televisión, nadie sabía los efectos a largo plazo que traería sobre la población en general (tanto positivos como negativos), de igual forma que cuando se popularizó el uso del automóvil no podíamos prever las enormes ventajas que traería el acortamientos de las distancias, así como el número de accidentes que ocasionaría.

De igual forma no podemos calcular los efectos que el acrecentado número de divorcios que se está dando en los últimos años van a influir en nuestra sociedad. ¿Sabías que ya más del 50% de las parejas que se casan hoy van a divorciarse irremediablemente? Y este porcentaje va en aumento.

¡No debemos echarnos las manos a la cabeza! Cuando una pareja lleva este proceso de forma sana y responsable no tiene por qué salir nadie perjudicado (hijos, familiares, los mismos miembros de la pareja, etc.), pero lo cierto es que no siempre es así. Deberemos esperar a la siguiente generación para ver los efectos reales de este acontecimiento pero lo que podemos predecir ya es que aumentará el trabajo tanto de psicólogos, abogados, mediadores familiares, etc. ¡Esperamos estar a la altura de las circunstancias!

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4. La falta de realidad y autenticidad

Década del 2010: ¡llega el smartphone a España! Esto fue todo un BOOM. Todo cambió de repente y se convirtió en toda una revolución. Supuso una innumerable cantidad de ventajas (las cuales todos conocemos) pero también había expertos que ponían el grito en el cielo afirmando que esto iba a acabar con las relaciones sociales reales y que íbamos a acabar como zombies.

Una década más tarde y con el uso generalizado del smartphone por todos los estratos de la sociedad sabemos que no ha sido para tanto… ¿o sí? La verdad es que muchos cambios en un corto período de tiempo nunca a sido un buen síntoma y ya podemos ver problemas de adicción a la tecnología, engaños (económicos y amorosos) de todo tipo e ingenio, falta de sinceridad y autenticidad, falta de autoestima y distorsión de la realidad, etc. sobre todo en los más jóvenes.

Se han creado dos identidades: la real y la digital, y muchos de estos jóvenes afirman considerar a la segunda mucho más importante que la primera. ¿Deberíamos preocuparnos? En mi opinión ¡sí!, pero al igual que con los divorcios deberemos esperar algo más para ver los efectos adversos reales en nuestra sociedad y forma de vida. Espero que para entonces no sea demasiado tarde y ya estemos completamente desconectados de nuestra naturaleza humana.

5. La falta de aceptación y autoestima

La pérdida de valores y la instauración de la artificialidad se ha hecho evidente a lo largo de las últimas décadas. ¿Por qué ha pasado? Entre otros factores creo que uno bastante significativo ha sido el de la comodidad (esto lo explico ampliamente en mi libro “Desbloquéate ¡Ya!”). Me explico: nuestro cerebro es una obra de arte magistral diseñada y perfilada a lo largo de millones de años. Es perfecta, pero ojo, está perfectamente diseñada para que sobrevivamos, no para que seamos felices, ya que esa ha sido su función primordial.

¿Qué ha pasado en los últimos años? Que los enormes avances tecnológicos han hecho que ya no tengamos que luchar diariamente por sobrevivir o alimentarnos. Esto es algo grandioso y algo muy beneficioso para nuestra especie, pero al cerebro no le ha dado tiempo a adaptarse así que esta máquina perfecta ha trasladado sus preocupaciones de “buscar el alimento necesario para cada día” a “si no obtengo mínimo 100 likes en esta publicación no valgo nada como persona”.

Cuando ya hemos superado los primeros peldaños de la famosa pirámide de Maslow (supervivencia, seguridad) nuestra mente empieza a focalizar su atención y recursos en los siguientes escalones (afiliación, reconocimiento), que a la postre son más complejos y nos hacen obsesionarnos con la imagen que los demás perciben acerca de nosotros o en falsas expectativas creadas por la cultura.

Con esto último me refiero a que publicistas, medios y grandes empresas saben lo vulnerables que somos a este tipo de necesidades y nos quieren “débiles y faltos de autoestima” para que sigamos consumiendo su “remedio para ser más socialmente aceptados” en forma de marcas, móviles de última generación, coches, estatus, operaciones de belleza, viajes increíbles para poder “sacarnos la foto”, etc. Pero la GRAN VERDAD es que todos ya somos suficientes, es decir, hemos ganado la batalla, pero no nos hemos enterado: estamos en el momento histórico en el que mejor hemos vivido de todos los tiempos, y a la vez, en el que más ansiedad, depresión, tristeza y falta de aceptación sentimos… ¡es una verdadera pena!

Sólo espero que este artículo te haya hecho reflexionar al respecto y que agradezcas aquello de lo que te puedas sentir orgulloso y satisfecho y que también por otro lado, si sientes la necesidad de quejarte por algo, ¡hazlo!, pero con cabeza, y no por cuestiones absurdas como el deporte nacional, las peleas entre políticos (que lo único que hacen es pasarse la pelota de un tejado a otro) o por no tener dinero suficiente para adquirir el último modelo de móvil (en un año ya será antiguo). ¡Sé feliz y recuerda acudir al psicólogo si lo necesitas!

¡Puedes contactarme sin compromiso cuando quieras!

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